¿Hacer ejercicio con contaminación es mejor o peor que no hacer ejercicio? Aquí la respuesta
Despiertas una mañana determinado a correr. Esta vez no tienes pretexto e incluso estás motivado, hasta que por la ventana ves el cielo plomizo de la ciudad. Te da asco hacer ejercicio con tanta contaminación.
Hacer ejercicio con mala calidad del aire es, obviamente, nocivo; pero en sí respirar en esas condiciones lo es. Pero sabemos que ejercitarse es algo bueno para la salud, y que de hecho no hacerlo puede traer graves consecuencias. Entonces la pregunta realmente útil es si hacer ejercicio con contaminación es mejor o peor que no hacer ejercicio. En otras palabras, si los beneficios de la actividad física superan o no a los riesgos de exponerse prolongadamente a las partículas nocivas del aire en la ciudad.
Calculando qué tanto se inhala cuando se camina y se anda en bici y los beneficios a largo plazo de hacer ejercicio, se hicieron unos modelos para determinar qué tanta contaminación en el aire tiene que existir para que lo bueno que se obtiene por el ejercicio se anule por causa de los efectos dañinos de las partículas suspendidas, en particular de las partículas finas (PM2.5).
Por ejemplo, un día muy contaminado en la CDMX presentó 27 microgramos de partículas PM2.5 por metro cúbico de aire (27ug/m3); bajo estas condiciones, se tendrían que pedalear más de 7 horas o caminar más de 16 para que los beneficios de estas actividades se contrarrestaran por los riesgos de respirar en esa nata.
Para que un trayecto de media hora en bici o de una hora y media caminando comenzara a ser más malo que bueno, las partículas PM2.5 tendrían que llegar a más de 160 ug/m3, algo que no se ha visto en México y rara vez en otros lugares del mundo.
Al calcular los riesgos de manejar con los de andar el bicicleta, tomando en cuenta la misma cantidad de tiempo y la misma cantidad del aire en ambos casos, solo cuando la concentración de PM2.5 es mayor a 80ug/m3 sería mejor utilizar coche. Esta concentración sólo ocurre en el 2% de las ciudades del mundo, ninguna en México.
Claro que andar en bici o caminar en calles llenas de coches con escapes que dan a tu cara, aunque sepamos que es mejor que no hacer ejercicio, no se antoja nada. Además, este estudio solo toma en cuenta los beneficios a largo plazo de la actividad física, es decir, aquellos relacionados con la mortalidad; no toma en cuenta las enfermedades no mortales que son causadas por la mala calidad del aire.
Si los datos sobre los riesgos de los transportes motorizados y las ventajas de caminar y andar en bici se tomaran en cuenta para diseñar ciudades, se obtendrían beneficios para todo mundo, no solamente para quienes tienen la capacidad de desplazarse utilizando la energía de su propio cuerpo.
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