¿Qué pasa cuando no encuentras trabajo? No solo son daños materiales también hay psicológicos
Muchas personas desempleadas se sienten inútiles, sin rumbo y sin identidad. El desempleo no es sólo una cuestión económica. Sus consecuencias psicológicas pueden ser, incluso, más graves.
Algunas de las principales son:
Algunas personas, cuando se encuentran en situación de desempleo (especialmente si es de larga duración), comienzan a experimentar una serie de consecuencias psicológicas negativas.
El trabajo es mucho más que un medio para ganarnos la vida. Nos da identidad, nos dice quiénes somos, nos da una posición social (no solo económica) y nos permite mantener determinadas relaciones interpersonales.
Algunos de los motivos por los cuales el empleo nos hace menos vulnerables a sufrir alteraciones psicológicas son:
Existen cuatro etapas psicológicas del desempleo:
Etapa 1: El entusiasmo
Duración: 6 meses
En esta fase, las personas aún creen en sus posibilidades y, en ocasiones, tienen la sensación de estar atravesando un periodo de vacaciones.
Miran con optimismo el futuro y ponen mucha energía en su búsqueda de empleo. Tienen altas expectativas y, a veces, se muestran ilusionados con esta etapa de cambios.
Algunas personas atraviesan en esta fase una crisis, pero ésta no es grave, ya que aún no se ha asumido totalmente la nueva condición de desempleado.
Algunos síntomas propios de esta crisis son: ánimo cambiante, angustia y preocupación por el futuro, irritación, insomnio, etc.
Etapa 2: El estancamiento
Duración: Después de 6 meses a los 18 meses de perder su trabajo.
Si la persona no ha encontrado empleo en la primera etapa, empezará a replantearse las cosas y a evaluar si sus expectativas eran poco realistas.
Es muy frecuente que, en esta fase, ya se empiecen a disminuir las acciones de búsqueda activa de empleo y/o se modifiquen las preferencias profesionales.
Muchas personas empiezan a sentir vergüenza o culpa, y se sienten muy irritables y nerviosas (incluso mostrándose agresivas en algunas ocasiones).
Etapa 3: La desgana
Duración: entre los 18 y los 24 meses desde que la persona pierde su empleo.
En esta fase, las personas empiezan a resignarse a su condición de desempleadas y, en ocasiones, comienzan a sufrir un ánimo depresivo. En esta etapa es muy común tener sentimientos de inferioridad, apatía, desgana, desesperanza, tristeza, fracaso, etc.
Etapa 4: La resignación total
Duración: 24 meses después de perder el empleo.
Las personas han perdido casi toda la esperanza y se han resignado.
Por ello, ya apenas buscan empleo de manera activa y se sienten fuera del mercado. Cuando el desempleo dura más de dos años, es muy común que las personas sufran un vacío emocional, se sientan desvalorizadas y estén frustradas crónicamente.
Llegar más de dos años en situación de desempleo implica que hace mucho tiempo que la persona no se pone a prueba a sí misma.
Estos miedos e inseguridades, unidos a la resignación y la desmotivación, hacen que la persona que lleva más de dos años desempleada haya bajado los brazos y no busque trabajo activamente.
En resumen, las consecuencias psicológicas del desempleo pueden llegar a ser muy graves.
Es importante conocer las características de cada etapa del desempleo, ya que ello nos ayudará a identificar qué nos está sucediendo y por qué nos sentimos así.
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