Existen dos tipos de amor, cada uno con sus funciones. Pero deberás pasar por uno para tener el más profundo.
¿Qué es el amor?… Es una pregunta que a lo largo de los siglos había tenido de cabeza tanto a filósofos, poetas, religiosos, escritores, como a los científicos. Pero gracias a los nuevos avances en las neurociencias y del Reestructuralismo Sistémico, se ha podido llegar a un acuerdo en esa materia. Y no nada más respondiendo a la pregunta de qué es, sino también a cuál es su función a lo largo de nuestra vida. Pero lo mejor de todo es que ahora ya podemos saber en dónde exactamente nos estamos equivocando a la hora de amar.
Los seres humanos somos animales que al igual que el resto de ellos venimos a evolucionar, por lo tanto, es como una vía o un riel en donde corre el tren y que haga lo que haga no se puede salir de dicho camino o destino. Así que el amor no es la excepción, por lo tanto, su función tiene que ir hacia esa misma dirección: la evolución.
Y aunque parezca absurdo, esa había sido la razón por lo que se había vuelto tan escurridizo. Y es debido a que existen dos tipos de amor:
– El amor de hace millones de años que servía para no matarnos los unos a los otros y formar grupos de ayuda, pero principalmente para reproducirnos.
– El amor en la actualidad cumple con una función más dinámica y de interacción en todos nuestros procesos de aprendizaje.
Dicho de otro modo, el primario y el secundario. El primario sirve como base para que exista el secundario que es el más evolucionado y funcional. Por lo tanto, la regla: que es imposible llegar al secundario sin antes haber pasado por el primario.
El término científico del “Amor Secundario” que es al que tenemos aspirar todos los seres humanos se le conoce como: “Vinculación Dinámica” o “Vínculo dinámico de interacción interpersonal” (dynamic bond of interpersonal interaction) o dynamic bond (DYBO) por sus siglas en inglés. Y es un metalenguaje compuesto por dos procesos psicológicos mayores que son:
1. Empatía: Que es la capacidad de ponernos en los zapatos del otro. Es decir, de pensar y sentir lo que el otro siente y piensa, sin que me lo diga. Y no es porque lo adivine, sino porque lo conozco bien. Por lo tanto, es hacer las cosas que el otro necesita mucho antes de que me lo pida porque también es funcional para mí.
2. Afinidad: Es cuando dos o más personas tiene un fin en común. Es decir, que ambos queremos lo mismo, y por lo tanto nuestras prioridades son muy similares.
Al ser un metalenguaje, nos sirve para poder comunicarnos con las demás personas de una manera más rápida y eficaz.
Es por ello que las parejas que no han generado un vínculo dinámico, tienden a discutir mucho, ya que todas las discusiones girarán en base a que no se entienden su manera de pensar, o hacen todo lo contrario a lo que habían hablado, o no hablan y hacen lo que piensa que está bien para ellos. Otro derivado puede ser que se acepte de forma incondicional todo lo que la otra persona dice o hace, perdiendo toda posibilidad de crecimiento y evolución personal.
El término clínico del Amor Primario es: Vínculo Afectivo(emotional bond) o comúnmente se le conoce como cariño. Y es el que nos han vendido socialmente como amor. Por lo tanto, el vínculo afectivo lo podemos dividir en dos; El vínculo afectivo funcional, que es el que nos va ayudar a poder alcanzar el vínculo dinámico. Y el disfuncional, que para lo máximo que nos puede servir en estos tiempos es para reproducirnos y sentir bonito con la otra persona.
Pero ojo, con el cariño no alcanza para formar una relación de pareja. Ya que solo nos mantendrá unidos por la oxitocina en un periodo máximo de tres años.
Las 3 formas de encariñarse o vincularse afectivamente:
1. Por factores bioquímicos: Que nos hacen segregar oxitocina, como al tener sexo, al besarnos, o al tener cualquier contacto físico. Así como cuando una madre tiene un hijo, esta segregara oxitocina para cuidarlo y protegerlo. De ahí se deriva el sentido de protección cuando somos niños principalmente y el sentido de pertenencia cuando somos adultos.
2. Por igualdad: Cuando la otra persona se parece a nosotros tanto física, como en gustos, creencias, conceptos, valores, costumbres, pensamientos, así como en su manera de ser. Ya que nuestra mente lo interpreta que es del mismo clan o como una extensión de nuestro propio cuerpo, por lo tanto, no nos va hacer daño. De ahí que instintivamente colaboraremos con la otra persona.
3. Por convivencia: Después de un largo periodo de convivencia con una persona, se crea una dinámica de convivencia en donde asume un rol único en nuestras vidas, ya que también se formará una “Simbiosis” por medio de las neuronas en espejo. Es decir, comienzo a imitar ciertas conductas de la otra persona y ella de las mías. Haciendo que segregue también oxitocina. Lo importante aquí es tener la personalidad madura para nunca dejar de ser uno mismo, dando pauta a una dinámica de dirección en común.
Vínculo afectivo funcional: Este se compone de los anteriores tres componentes del cariño, pero con otros dos que tienen que ver más con la “Personalidad Madura”
1. Madurez: en primer lugar, el ya haber madurado neurológicamente (22 años en mujeres, 26 años en hombres). Y segundo el haber ya adquirido las suficientes experiencias vivenciales, para saber cómo, cuando, en donde y con quien hacer ciertas cosas.
2. Compatibilidad: Tener semejanzas en conceptos, creencias, valores, costumbres, y pensamientos, y no solo en gustos como hace la mayoría de las personas.
Vínculo afectivo disfuncional: El problema comienza cuando en lugar de incluir la madurez y la compatibilidad, incluimos los dos vínculos que son la base de la reproducción:
1. El vínculo sexual: Como ya lo dijimos nos puede llevar a segregar oxitocina, además de dopamina, que hace que nos encariñemos por la otra persona, además que bloquea el cortisol quitándonos momentáneamente la ansiedad.
2. El vínculo patológico: Este es la pesadilla de todas las relaciones. Y es cuando le atribuimos a la otra persona rasgos que no tiene pero que mis trastornos mentales quieren que tenga para que me alivie mi dolor emocional. Haciendo que te encariñes locamente por la otra persona.
Ojo, no es que sean malos, es que si queremos una relación funcional estos no son los adecuados, ya que estos solo sirven para la reproducción.
A estos dos se le conoce como “Pasión o Amor desbordante”, y juntos generan una codependencia y una adicción emocional.
Como te habrás dado cuenta no puedes basar una relación en lo que sientes. Ya que lo que sientes puede ser muy subjetivo y falso, más si la otra persona entró a la relación con mentiras o patologías.
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