Desde saber si el tamaño importa hasta descifrar el "todos los hombres son infieles", lee los mitos más comunes de ellos.
Existen creencias erróneas sobre el sexo o la propia sexualidad, una autoestima física pobre, una baja percepción de autoeficacia, unos estereotipos de género mantenidos por la sociedad…
En definitiva, presiones psicológicas que nos perjudican, aportando tensión y preocupación donde solo debería haber disfrute.
Sexualidad masculina: ¡basta ya de mitos!
Repasemos algunos de los mitos más extendidos sobre la sexualidad masculina:
Los hombres parece que no tienen ese derecho a no querer; han de estar dispuestos en cualquier momento, con el deseo siempre a punto. ¡Mentira!
El estrés del día, el agotamiento, la falta de ganas o incluso el enfriamiento sexual de la pareja afectan por igual a hombres que a mujeres. Si no tienes ganas comunícaselo a tu pareja con total confianza.
Sin duda, el mito por excelencia es el del tamaño del pene. “Las mujeres las prefieren grandes porque les dan más placer”.
¿Cuántas veces se ha desmentido esta falsa creencia? Aun así, no deja de dar vueltas por la cabeza de los hombres, tanto de los que se preocupan como de los que lo presumen.
Habrá gustos de todos los tipos, pero hay que tener en cuenta que un pene excesivamente grande es anatómicamente incómodo para la mujer a la hora de la penetración. Además, la zona más placentera está en el primer tercio de la vagina.
El hombre está programado para el sexo, como una especie de robot, no puede negarse y, si se le pone delante la oportunidad, no será capaz de rechazarla. Por tanto, son infieles por naturaleza: es algo que hay que comprender y “perdonar”. ¡Otra mentira!
Los hombres pueden resistirse a la tentación igual que cualquiera. Las estadísticas afirman que no son más infieles que las mujeres y, por supuesto, tampoco están más justificados que ellas ante un engaño.
Ellos tienen que dar comienzo al acercamiento y llevar el mando durante la relación sexual. ¡Falso también!
¿Por qué esa carga? Al hombre también le gusta dejarse conquistar. Lo mejor es que la iniciativa sea compartida.
Uno de los miedos masculinos más comunes es no complacer a la mujer. El orgasmo femenino tiene sus trucos. No es solo “tu trabajo” que ella lo alcance, depende de muchos factores.
El hombre heterosexual tiene asumido un rol muy marcado en el sexo, pero… ¿por qué limitarse? ¡No hay leyes!
No te niegues a explorar nuevas formas de placer, no importa tu orientación sexual, disfruta de todo tu cuerpo. Saca partido a tu cuerpo y prueba distintas maneras de hacer el amor: puede que te sorprendas positivamente.
Eso de que “el hombre nunca falla” ¡es totalmente FALSO! El cuerpo no es una máquina, y la erección no siempre se mantiene aunque haya excitación psicológica. No eres “menos hombre” por ello. Ten en cuenta, además, que cuanta más expectativa tengas en una relación sexual determinada, más probable es que pase.
Por los estereotipos sociales existentes, se suele simplificar demasiado al hombre.
Pero la sexualidad masculina también es compleja, y satisfacer a un hombre no tiene por qué ser fácil. No tengas vergüenza de aclarar a tu pareja cuando algo no te gusta, o tus preferencias.
Para disfrutar al completo de tu sexualidad, relájate, entrégate y siente. El placer está, principalmente, en tu cerebro. Si tu mente está sana, libre de pensamientos negativos y presiones, tu vida sexual será mucho más plena.
El orgasmo y la eyaculación son dos casas diferentes, puede haber eyaculación sin haber llegado al orgasmo o un orgasmo sin eyaculación.
Lo más triste es que hay muchos hombres que han tenido muchas parejas sexuales y pocas veces han sentido un orgasmo de verdad.
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