Si quieres saber quién es un trabajador tóxico, aquí te decimos cómo son para que le pongas nombre a los de tu oficina.
En el mundo laboral es inevitable crear lazos de amistad entre los compañeros de trabajo, ya que gran parte de nuestro día a día la pasamos en la oficina, sin embargo existen otro tipo de relaciones, las tóxicas, éstas son nocivas para tu bienestar incluso pueden transmitirte su negatividad y su mala actitud ante la vida. La realidad es que la toxicidad se encuentra presente en muchos ambientes laborales y en muchas ocasiones es difícil detectarlo.
Existen niveles de toxicidad, desde el que te mira feo y solo te causa incomodidad y los más peligrosos son aquellos que aparentan ser agradables, pero en la menor oportunidad te ponen el pie, te ridiculizan o te evidencian para que te vaya mal.
Las personas altamente tóxicas únicamente tienen el objetivo de hacerte la vida imposible, lo cual repercute directamente en la empresa, pues esa persona no se preocupa por su trabajo y solo se enfoca en molestar a sus compañeros.
El flojo: Evidentemente es aquel que no produce, el que tiene baja motivación, poca energía, siempre se queja del trabajo y todo el tiempo tiene sueño. Su tono emocional es contagioso y eso influye directamente en la compañía, pues el ambiente laboral se vuelve improductivo, con poco dinamismo.
El chismoso: Se sabe todos los pormenores de la empresa, crea chisme y se encarga de expandirlo. El chisme es una plática ociosa que te permite hablar mal de los demás y desprestigiar, porque no tienes otra cosa mejor que hacer y no sabes qué hacer con tu vida. Estas pláticas afectan a las compañías porque la gente se distrae y ocupa sus horas de trabajo a escuchar todo tipo de chismes en lugar de ser productivos.
El mártir: Su vida es una queja continua, un tormento, todo lo que le pasa es un drama. El problema del mártir es que te usa de paño de lágrimas, quiere ser el centro de atención y causar lástima.
El envidioso: Cuando alguien consigue algo bueno los critican y no soportan el éxito en otras personas, son egoístas, celosos, paranoicos y arrogantes.
El socializador: Cree que la oficina es una fiesta, todo el tiempo busca platicar con alguien, está interesado más en socializar que en trabajar. Es una persona ruidosa y genera distracciones, trabajar junto a él es realmente complicado, ya que a la menor oportunidad te hará la plática y te distraerá del trabajo.
El bullying: Aquel que toma el liderazgo para molestar a los demás, hace comentarios fuera de lugar, evidencia a sus compañeros frente a los superiores y siempre está molestando a alguien.
¿Te identificas con alguno?
Para combatir este tipo de personalidades tóxicas, la empresa deberá implementar una cultura organizacional, donde se promueva un ambiente laboral sano y óptimo. Además de entender las necesidades de sus colaboradores, sus personalidades y enfocarse en desarrollar el potencial de cada uno y así fortalecer a su equipo de trabajo.
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