5 hábitos que envenenan tu relación
Los gritos, las quejas y todo lo tóxico del amor solo los llevarán al fracaso total
Aprende a solucionar tus problemas de pareja
1. Constantes quejas
La vida no es perfecta, eso lo sabemos todos, pero hacer de esto el tema de conversación desde que el sol sale hasta el momento de irse a la cama termina por cansar a cualquiera.
Esto es peor cuando las quejas no son sólo acerca de su relación, sino acerca de lo cara que está la cebolla en Estambul o vives entre alguna de estas frases:
“Cuánto tráfico”, “Ay qué calor/frío”, “Qué ruidoso es esto”, “uf, ya son muchas escaleras”, “uy que poquito duró la película”, “mi café está frío”, “la vecina ya me tiene harta por chismosa…”
Es natural que si hay temas por resolver entre Ustedes tengas quejas, pero si ya llevas tiempo haciéndolas, y nada cambia quizá:
- Tus peticiones son desmedidas, fantasiosas o irracionales.
- Frecuentemente cuando tienes ideas distorsionadas de lo que es una relación.
- Esperas que tu pareja te lea la mente.
- No dices lo que te molesta al momento y luego te quejas porque tu pareja no se dio cuenta de su “ofensa”.
- Dejas que se acumulen resentimientos.
Antídoto
En general, las quejas deben hacerse con aquella persona que consideres que es capaz de resolverla. Muchas veces nos quejamos con la persona más próxima sólo porque es una “audiencia cautiva”.
Tu pareja no puede resolver los problemas mundiales, así que si de verdad todo te parece tan terrible o imperfecto busca ayuda profesional.
Tampoco te vayas al famoso “entonces ya no digo nada”. No se trata de que ya no puedas hablar de ningún problema con tu pareja, sólo no abuses.
Si tú pareja se queja mucho de lo que pasa en la relación, evalúa que quizá pueda tener razón y que hay cosas que puedes mejorar. Generalmente una alarma se activa cuando hay algún peligro; no la ignores del todo.
2. Críticas y burlas
Estas son como las quejas, pero ya no sobre lo que pasa, sino directamente sobre tu pareja en temas como:
- La forma en como hace las cosas.
- Su aspecto.
- Ciertas manías o hábitos que te parecen molestos o ridículos
Las críticas y la burla son más venenosos que las quejas, pues son totalmente personales.
Identificas la conducta crítica cuando usas frases que empiezan con las siguientes frases, seguidas de algo negativo.
- Tú siempre / Tú nunca
- Eres un/a…
- Pareces un/a…
- Me tienes harto/a…
Esto se hace especialmente grave cuando las críticas y las burlas las haces frente a otras personas, así sean de la familia.
La crítica es muy destructiva, de acuerdo al Dr. John Gottman, fundador del Instituto de Investigación de la pareja en EEUU, porque:
- Comunican desprecio por tu pareja.
- Humillan al que las recibe
- Producen enojo, resentimiento y vergüenza.
Antídoto
Céntrate en lo que tu pareja hace, no en quién es, diciendo lo que te gustaría que fuera diferente.
Por ejemplo, habla de que no te gusta que te haga muecas de desagrado en vez de decirle que “quite la cara de idiota”.
Asegúrate que es algo que tu pareja pueda cambiar.
Burlarte de su religión, de sus creencias o pedirle que deje hábitos familiares que le son importantes, no es la mejor idea.
3. Llevar la contraria o corregir pequeñeces
Es obvio que no siempre vas a estar de acuerdo con tu pareja, ¿pero de verdad es necesario estar en desacuerdo en todo?
- Vamos por pollo
- Yo quiero Pizza…
- Ok, Pizza…
- Si, pero no de donde siempre vamos
- Bien, de ahí no… entonces de las de enfrente.
- No de ahí tampoco quiero.
- ¿Entonces de dónde?
- De donde quieras…
- ¿De las de la otra colonia?
- No de esas tampoco.