El metabolismo de nuestras bacterias y la expresión de sus genes afectan directamente la salud de nuestra piel.
Hace unos días la edad se me hizo presente de dos maneras. Primero, mi espalda me cobró violentamente varios días de conciertos y festivales de música: amanecí un día sin poder moverme. Me recetaron vitamina B12 inyectada. Y entonces la edad se hizo presente de nuevo como en un viaje al pasado, pues después de unos días comenzaron a aparecer granos en mi cara, igualito que en mis años de adolescencia cuyo mayor temor era ese, el acné.
Esto es algo que comúnmente la sucede a la gente, y no tiene que ver directamente con nuestro cuerpo o células, sino con las bacterias que viven sobre nosotros.
Priopionis acne es una bacteria vinculada al acné. Esta afección de los folículos de la piel resulta de una combinación de cuatro factores: incremento de la producción de sebo, inflamación, acumulación de células muertas y la proliferación de la bacteria mencionada. Sin embargo, el mecanismo preciso o las causas puntuales del acné son todavía un misterio. Parte de este misterio es que Propionis acne es la bacteria más común en todas las pieles, no sólo de las personas que sufrimos de acné.
¿Por qué a unos nos tocó esta mala suerte entonces? La respuesta está en cómo trabajan estas bacterias de la piel.
En gente con acné, los genes de P. acne trabajan de manera muy distinta que los genes de esta misma bacteria en gente sin acné. En particular, la síntesis de vitamina B12 se encuentra apagada en las bacterias de personas que sufren acné. Suplir de vitamina B12 a las personas hace que las bacterias apaguen estos genes, tanto que si se le da vitamina B12 a gente sin acné, en pocos días sus bacterias comenzarán a actuar como las bacterias que causan acné, y en algunas de estas personas los temidos y a veces dolorosos granos comenzarán a emerger.
Este desequilibrio en la síntesis de B12 por las bacterias hace que éstas comiencen a producir otras moléculas, las porfirinas, que dañan la piel e inducen su inflamación. Es decir, que el metabolismo de nuestras bacterias y la expresión de sus genes afectan directamente la salud de nuestra piel.
Muchísimas bacterias viven dentro y sobre nosotros, contribuyendo a nuestra salud y enfermedad. Ahora sabemos que no nada más importa cuáles bacterias, sino cómo se están comportando genéticamente, lo cual depende, entre otras cosas, del ambiente que les estamos proveyendo con nuestros cuerpos. Lo que ingerimos, ya sea comida, suplementos alimenticios o medicamentos modifican la vida y actividad de nuestras bacterias, que a su vez modifican nuestras propias vidas.
Yo sufrí muchísimo por el acné y viví muchas frustraciones al no encontrar solución en cremas recetadas por dermatólogos. Al final de cada cita siempre me inquietaba por qué nunca me preguntaban por mis hábitos alimenticios, o lo hacían de manera superficial. Ojalá este tipo de descubrimientos nos hagan voltear de manera profunda a lo que subyace bajo la piel.
Referencia
Vitamin B12 modulates the transcriptome of the skin microbiota in acne pathogenesis
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