Siria, el fracaso de todos

Lo primero, no estamos ante el inicio de la Tercera Guerra Mundial.

El horror sirio no empezó con el ataque con armas químicas en Idlib hace unos días. La barbarie tiene 6 años, el fracaso de la diplomacia internacional tiene casi el mismo tiempo, los intereses políticos de distintos actores internacionales también tiene marcando prioridad muchos años. El fracaso es de todos mientras el sufrimiento es de la sociedad civil: casi 500 mil muertos y millones y millones de refugiados y desplazados.

Corrupción e impunidad al infinito

El conflicto surge como uno más de los movimientos de la llamada Primavera Árabe de 2011. Siendo muy reduccionista, en Siria se enfrentan el gobierno de Assad contra varios grupos rebeldes (sunitas de diversa categoría e intenciones, entre ellos los kurdos) e ISIS. En estos 6 años Rusia, junto con Irán y la milicia chiíta libanesa Hezbollah, ha tenido como mayor preocupación mantener al régimen de Assad. Estados Unidos y las potencias europeas quieren derrocarlo al igual que los países sunitas poderosos como Arabia Saudita. Turquía pretende apoyar a occidente mientras golpea a la minoría kurda. Todos pelean contra ISIS.  

Las cárceles son un reflejo de cada país

Ya hemos visto varias reuniones que pretenden detener la violencia. Ni las treguas, ni las pláticas de paz, ni las negociaciones entre las partes y las potencias han funcionado. En 2013 Barack Obama definió una línea roja que de superarse marcaría la intervención decidida de Estados Unidos. Su amenaza fue que la utilización de armas químicas sería inaceptable, al parecer los ataques a población civil con armas convencionales no le preocupaban. La normatividad internacional prohíbe los ataques dirigidos contra población civil y también prohíbe la utilización de armas químicas contra civiles y contra combatientes. En ese mismo 2013 fueron usadas armas químicas, Obama no reaccionó y se conformó con la intermediación rusa para eliminar las armas químicas. No solo eso, se le otorgó el Nobel de la paz a la Organización para la prohibición de armas químicas. De 2013 a hoy se han seguido usando armas químicas. Una vergüenza para Obama, Rusia y el Nobel de la paz.

La utilización de armas químicas en la región no es nueva. En 1988, con la misma pasividad internacional que hoy vemos, Saddam Husein perpetró un genocidio contra los kurdos iraquís utilizando armas químicas. La ONU solo fue un espectador.

El Consejo de Seguridad de la ONU ha intentado frenar e investigar la violencia en Siria. Rusia ha vetado toda opción. De haberse detenido la violencia hace años, la crisis de refugiados que tanto preocupa a occidente no hubiera existido.

Lo que mantiene vivo a la ONU

Todos los participantes atacan civiles. La prioridad debe ser detener la violencia, encontrar una salida al conflicto entre el régimen y los rebeldes y acabar con ISIS.

El gobierno de Obama decidió no hacer nada ante los ataques reiterados con armas químicas, tampoco hizo nada ante el brutal ataque a la población civil en Alepo. Rusia y el gobierno de Assad son los responsables.

Aclaro que ni Trump ni sus políticas me simpatizan. En esta ocasión hizo lo correcto, atacar una base militar siria como respuesta al ataque en Idlib. Ese ataque no cambia el rumbo de la guerra pero manda un mensaje de que Estados Unidos regresa al tablero. La medida fue respaldada por varios líderes de occidente así como por demócratas y republicanos en Estados Unidos. Como medida aislada no serviría de nada, el ataque deberá evaluarse en el contexto de una supuesta política nueva ante el conflicto en Siria. Temo que la decisión de Trump sea más una preocupación interna para aparentar un desmarque de Rusia que un intento real por resolver el conflicto, espero equivocarme.

El bombardeo de Trump en Siria

El mundo debe tener claro que el enemigo es ISIS y que el conflicto se debe resolver mediante vías diplomáticas. El objetivo debe ser la población civil. La solución no se ve clara, el mundo de hoy tiene otras prioridades.