El arte de regañar entonces combina objetividad, tranquilidad y orientación. Hablando se entiende la gente, habla mejor y tus regaños cumplirán su cometido.
¿Te da por gritar?, ¿insultas, humillas, maldices?, o eres de las que no pierdes la calma, pero después te arrepientes; ¿qué clase de regañón eres?, ¿qué puedes hacer para que surtan efecto tus regaños y no ir acumulando culpas?
Cometió un error, dio uno de cincuenta por uno de veinte; se equivocó, el mail era para otra persona; tenía que llegar a las cuatro y llegó a las ocho; pediste torta de jamón y la trajo de milanesa; se quedó dormida en la conferencia…, en fin, que con lo que hizo, como se portó, provoca lo que llaman una reprimenda o más coloquial, un regaño.
Primero establezcamos qué clase de regañona eres, esta clasificación te ayudará a definirte:
Regañón SORPRESA. Te encanta sorprender infraganti.
Ahhh, te caché, a ver por qué lo haces, a que delante de mí no te atreves, eres como los ratones cuando se va el gato…
Regañón PROGRESIVO. A medida que vas regañando aumentas el reproche.
Mira nomás a qué hora traes el oficio, eres una descuidada, qué digo descuidada, floja; pero si nada más fuera eso, no, además holgazana, rémora, trepadora…
Regañón MEMORIOSO. Llevas la cuenta de todas.
Ésta es la quinta vez que te lo digo y no entiendes, qué ¿eres imbécil?; la primera fue saliendo del baño; la segunda, en tu recámara; la tercera, en el comedor…
Regañón TERMINAL. Siempre dices que no hay solución.
Ahora si no hay nada qué hacer, ¿se lo dices tú o se lo digo yo?, porque a alguno deberá de correr, y no vamos a encontrar trabajo en ninguna parte, es el fin.
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Regañón OLVIDADIZO. Se te olvida por qué es el regaño.
Como no seguiste mi instrucción ya reventó el asunto y mañana te van a descontar, ay, se me calló el botón, por fa ve al segundo piso a ver si María trajo su costurero, pero pícale plis.
Regañón POLICÍA. Haces toda una indagatoria judicial.
Aquí había tres pasteles, ya sólo hay uno, uno de ustedes tuvo que habérselo robado; Luz, abre la boca, enséñame las manos, ¿quién fue? Tú ¿qué traes en las bolsas?…
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Regañón SALUDABLE. Lo relacionas todo con la salud.
No voy a hacer coraje porque me hace daño, pero a ver ¿quién jijos de un escribió este memo; tranquilamente me lo van a decir porque mentir hace mucho daño.
Regañón QUEJUMBROSO. Crees que causando lástima se sentirán culpables.
Mira lo que me hiciste, no sabes el daño que me estás causando, ¿qué no te das cuenta que me duele más a mí que a ti? Sufro por tus errores, me dan hasta urticaria.
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Es seguro que al estar leyendo se te ocurrirán nuevos perfiles o combinaciones, ¿tú cómo eres?
Estudiosos del fenómeno de la ira como Charles Spielberger, PhD, de la Universidad del Sur de Florida en Tampa; y a Jerry Deffenbacher, PhD, de la Universidad del Estado de Colorado en Ft. Collins, Colorado, te sugieren:
El arte de regañar entonces combina objetividad, tranquilidad y orientación. Hablando se entiende la gente, habla mejor y tus regaños cumplirán su cometido.
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