La estadística no sirvió, las matemáticas fueron obsoletas y las encuestas fallaron dejándonos sorprendidos.
El pasado martes, se vivieron las elecciones más intensas de los últimos tiempos en Estados Unidos. Por un lado, las encuestas mostraban al republicano Donald Trump muy por debajo de Hillary Clinton; y por el otro, los medios de comunicación daban por hecho el triunfo de la candidata demócrata.
Los complejos algoritmos y los sofisticados modelos de predicción automatizados demostraron su ineficiencia en la contienda presidencial. La estadística falló y las matemáticas fueron obsoletas. ¿A qué se debió que, en el último minuto, frente a la planilla electoral, los ciudadanos estadounidenses depositaran su confianza en Trump y no en Clinton?
¿Por qué en Florida, uno de los estados con mayor población hispana, ganó el magnate neoyorquino? ¿Acaso los inmigrantes mexicanos, colombianos, venezolanos olvidaron que el candidato republicano los ofendió, diciéndoles narcotraficantes, asesinos e, incluso, violadores?
Estas son algunas posibles respuestas que llevaron a Trump, a ser el hoy candidato electo de los Estados Unidos:
El resultado previo a la elección mostraba a Hillary Clinton con un liderazgo persistente frente a Donald Trump. Si bien las encuestadoras no fallaron, ya que le otorgaban una ventaja a la demócrata no mayor a tres o cinco puntos frente a al republicano, las posibles causas del error apuntan a las organizaciones periodísticas encargadas de financiar dichos sondeos, es decir, no siempre están abiertas a publicar resultados reales sobre la voluntad de los votantes.
¿A qué se debió que más del 40% de las mujeres votaran por Donald Trump? El discurso y las filtraciones misóginas del republicano, no impidieron que este sector de la población depositara su voto de confianza en él. ¿Por qué? Las mujeres no votaron a favor de la figura “Donald”, lo hicieron en contra del establishment que representa la imagen de Hillary Clinton, es decir, votaron por erradicar el país liberal que construyeron los demócratas en los últimos años. Estas mujeres representan la fuerza conservadora de Estados Unidos que no está a favor del matrimonio igualitario, la despenalización de la marihuana o el aborto.
El gigante no despertó. Mientras Hillary se confiaba y asistía a mítines en los estados con gran carga o legado demócrata como Nueva York o California (porque los sentía ganados), desestimó el apoyo de algunas regiones determinantes como Michigan y Pensilvania, entidades en las que se concentró Trump. Casi 30% de los hispanos votaron por el republicano y 65% por la demócrata, y aunque en Colorado y Nevada votaron más latinos que en elecciones pasadas, no fue suficiente para darle la victoria a Clinton.
El llamado “voto robado” de Florida le otorgó la victoria a Barack Obama (demócrata) frente a Mitt Romney (republicano), durante las elecciones presidenciales del 2012. En esta contienda (Trump vs. Clinton), los electores se sintieron vulnerados. “Nunca ha habido un país que haya perdido tantos empleos de una manera tan estúpida como nosotros”, aseguró el republicano [Donald] en un acto de campaña en Florida, al referirse a las 70 mil fábricas que cerraron debido a la incorporación de China en la Organización Mundial de Comercio. Posible o no, Trump les prometió estabilidad a los habitantes de este estado que, en los últimos años, ha sido golpeado económicamente debido a la pérdida de empleos, el avance tecnológico y los tratados comerciales.
No hubo políticos que quisieran enfrentar a Hillary cuando se lanzó como candidata a la presidencia por su partido. No se presentaron contrapesos reales, el único fue Bernie Sanders y perdió. Quizá algunos pensaron que a Clinton “ya le tocaba postularse”, otros más respaldaron su labor política como senadora o secretaria de Estado del gobierno de Obama. Lo cierto es que la carrera de ella es envidiable y tiene un gran valor. Sin embargo, no era tiempo de, ya que en Estados Unidos se respiraba un ambiente tenso, en el que justamente el electorado estaba en contra de las élites, los abusos, las guerras o las invasiones militares. Contrario a lo que se dice, la experiencia fungió como un obstáculo y terminó fulminando a los demócratas.
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